domingo, 19 de abril de 2009

A J. A. Goytisolo (in memoriam)

Mi mundo

no es muy grande, cada cual tiene el suyo.


Mi mundo

es como la palma de mi mano,

en ella puedo mirarlo.


Mi mundo

tiene islas, y una memoria

como el océano.


No sé cuántos años tiene

mi mundo,

pero tiene las líneas largas,

y lugares llenos de gente,

nubes y objetos perdidos,

sueños como lluvia y rincones olvidados.


Por

mi mundo

cruzan aviones, y navegan barcos,

y niños que van en bicicleta

y viejos sentados en las puertas de las casas.


Tuvo suerte

mi mundo,

no vivió la guerra.


Mi mundo

está lleno de tesoros

de libros y fotos,

siempre desordenados,

y zapatos que colecciono, y sombreros

que siempre pierdo.


Tiene abrigos

mi mundo,

y nostalgias, y millones de deseos,

y esperanzas debajo de las piedras.


Mi mundo

viajó, un día

y se hizo grande,

y atrás quedaron las cajas cerradas,

las cartas

y los sombreros

olvidados en habitaciones vacías

que aún perduran como estaban

donde se cultiva el tiempo

con polvo, y sol

y lluvia en los cristales.


Viajó

mi mundo,

y se hizo grande,

cuántas calles, cuántas ciudades

cuánta vida derrochada,

mi mundo

fue sembrando sueños,

el tiempo habrá de cosecharlos.


Pero en

mi mundo

aún hay dragones

y circos con enanos, y princesas

y nenúfares, y príncipes a punto de croar,

y hechizados, y brujas hermosas

y piratas honrados.


Vuelve Jose Agustín, vuelve aquí

tan estimado,

y enséñanos

el mundo,

al derecho o

al revés,

con el lápiz en tu mano.


1 comentario:

  1. Lo encontré. Está muy chulo. Seguro que a él le gustaba.
    Mi mundo debe de ser aún más pequeño pero coincidimos en que la memoria es agua salada (la tuya un oceáno, la mía un mar...). Te dejo enlace de prueba aún a riesgo de que esto parezca un partido de tenis... ;)
    http://dameunatregua.blogspot.com/2008/07/la-memoria-y-el-mar.html

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