sábado, 25 de julio de 2009

Vete tú a saber

  Aquí ando, sentado sobre la tarde, trabajando, si trabajo se le puede llamar a estar recostado sobre un sofá gastado de no sé cuántos años, en un cuarto de hospital, de color rosa (el sofá), esperando a qué llegue algún demente, algún pobre diablo al que le tocó ser el loco del pueblo, o la maruja histérica de la calle, o el cabrón yonki busca-broncas que ahora resulta ser una enfermedad, trastorno límite de personalidad lo bautizaron eruditos de ultramar y transpirenaicos.
  Así digo, algo cansado y aburrido, en este sábado luminoso de julio, entre cristales y barrotes, sedantes y un silencio que amortigua la angustia que ya no nos parece tanta, porque si no apaga y vámonos. He dormido seis horas quizás, he tardado otra media en despertarme, la ducha, el café, los bártulos, las persianas hasta abajo porque es verano, los vaqueros que aún huelen al humo de la noche de ayer que pasan del suelo a mis piernas y cintura, el golpe de la puerta, el doble giro de la llave y hasta mañana si dios quiere, que decía mi abuela.
  Esta noche seguiré aquí, quizás aturdido porque el sufrimiento, fingido o no, pida turno y forme cola como en los mercados, quizás no, quizás fumando cigarrillos y pensando en no sé qué cosas de mi propia vida más allá de este oficio, del trabajo del que me sustento, que amo y odio a iguales partes.
  Dentro de unos días estaré en no sé cuál cala desierta del mar mediterráneo, y estoy seguro de que no me acordaré de este sábado pulcro y blanco, de barrotes y cristales, y olor a alcohol desinfectante y olor a no sé qué que huelen los hospitales. Entonces seré yo, otro yo distinto a éste, que también soy yo sentado en un sofá rosa y viejo de un cuarto de hospital, y llevaré la pechera descubierta, y un bañador muy fashion hasta las pantorrillas que me compré en un viaje a Costa Rica, y me tostaré como un cangrejo, y si no hay nadie me bañaré en pelotas, y me encenderé un cigarrillo igualmente, pensando seguro en no sé qué cosas de la (mi) vida, sin responsabilidad ninguna, y en este caso quizás, ese joven médico serio, amable y educado, se acuerde de su infancia, o vete tú a saber.

6 comentarios:

  1. doctor: que los dioses mediterráneos les sean propicios, que se cuide del sol que está que arde, que luzca sus partes por partes o enteras con idéntico placer, que recargue las pilas y siga escribiendo, curando, viviendo. No hay nada más, pero es mucho.

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  2. por si no le queda claro, el anterior soy yo
    felices vacaciones!

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  3. ¿Es verídico? ¿Trabajas con enfermos mentales? ¿Te perderás por alguna cala del Mediterráneo? Espero que si nos cruzamos, sea capaz de reconocerte, aunque se apor el sombrero.
    Que disfrutes mucho.

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  4. ...gran post, se nota q te salio de un tiron, como casi siempre salen las buenas cosas, repentinas, espontaneas, a veces violentas, pero es una buena forma de catarsis, tal vez, o ve tu a saber...

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  5. Psiquiatra? de poetas y locos todos tenemos un poco, me encanta la manera de dirigir tu locua, que tu tueste como un cangrejo sea fenomenal, la vida es bella, hay que disfrutar

    Besos

    Luna Azul

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