sábado, 11 de julio de 2009

Anonimato

Con los ojos abiertos,
aún caliente,
el muerto descansa, casi vivo,
sobre su lecho.

En un piso cualquiera,
de una ciudad cualquiera,
con una historia cualquiera
de secretos y mentiras.

3 comentarios:

  1. que dureza destila el poema. una lástima tanta soledad.

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  2. De repente la soledad termina, en un piso cualquiera, de una ciudad cualquiera

    Besos

    Luna Azul

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  3. Me gustas lo que "vendes", volveré de compras por aqui.

    Saludos.

    V.

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