martes, 12 de abril de 2016

Volver

Volver a caminar por el sendero
oscuro y transido de las eras,
rememorar el murmullo amarillo

del viento entre los trigos,
el humilde y estoico
tacto en sus espigas.

Recobrar la ciega luz
que fluye aún en la sangre
de las horas,

el silente fruto y la harina fina
que entrevera la carne
en la que habitas.

Los pájaros
dueños de la tarde regresan
-y es volver-

a sus primeros y últimos
y repetidos y únicos
nidos

mientras la noche va
durmiendo todas
las raíces.

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