viernes, 26 de febrero de 2010

Ni siquiera eso

No sé qué decirte, tampoco sé quién soy. Puedo darte mis señas, mi dirección, mi edad, mi sexo, mi signo zodiacal, mi día preferido de la semana, el tipo de pasta que me gusta, mis miedos, mi angustia, mi ilusión y dónde cultivo mi esperanza, el color de mis ojos, mis recuerdos de niño, lo que quise ser cuando yo sea grande, los viajes que hice, los cielos y mares que crucé, la tierra que pisé con paso más o menos firme, mi deseo, lo que nace de un profundo rincón animal, el asesino que vive en mi inconsciente y el cobarde que lo acompaña, mi instinto paternal, cómo a veces puedo ser el mejor amigo y otras me entran ganas de llorar, puedo atreverme a quedarme desnudo frente a ti con el miedo a que me dispares en el pecho, enseñarte mi posición para dormir, cómo me gusta el café con leche, el número de azucarillos, mis libros preferidos, lo que espero de la vida, lo que no me atreví a hacer y lo que sí, puedo incluso intentar decirte la verdad de lo que pienso cuando te miro, mi odio y mi amor unidos, mi crisol de realidades, cuándo sueño con palomas, plazas y un abrazo, cuándo quisiera estar tan solo en el mundo y cuando me moriría si nadie me diese la mano, puedo contarte de qué podría llegar a ser capaz, para bien o para mal, dónde nací y los aromas que me habitan. Puedo darme a ti hasta la injusticia, entregarte mi última dignidad de vivo. Sin embargo ni siquiera así podrás dar conmigo, porque soy algo mucho más allá de todo esto, que ni siquiera yo sé.

9 comentarios:

  1. Lo que uno muestra no es lo que los demás ven. Ocasionalmente alguien puede encontrarte más allá. En la mayor parte de los casos, no obstante, es suficiente.
    A pesar de todo ello, a ratos estoy de acuerdo.

    ResponderEliminar
  2. Precioso texto, espero que a quién vaya dirigido quiera escucharte, entran ganas de hacerlo, la verdad.
    saludos

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente estamos compuestos de infinitas piezas, somos seres múltiples y únicos, tan complejos que aún siendo a menudo contradictorios poseemos la coherencia de aceptarnos con todos nuestros extraños ingredientes. Somos pequeños continentes que vagan a la deriva. Y me sumo a lo que ha dicho Malena, entran ganas de profundizar más, de escucharte y conocerte.

    ResponderEliminar
  4. Porque no somos lo que nos gusta, quizás el porqué nos gusta.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. ¡Por san Stendhal bendito!, ¡qué texto tan bonito!

    ResponderEliminar
  6. cierto, el ser humano es un mundo: de espacios insondables pero muchas veces solo de lugares comunes.
    el texto me está haciendo efecto!
    siga escribriendo!!!!

    ResponderEliminar
  7. PRECIOSO! NO PODIA SER DE OTRA MANERA.. ME QUEDO CON ( Sin embargo ni siquiera asi podras dar conmigo,) Y AÑADO ALGO MIO...TE ENTIENDO Y RESPECTO. UN ABRAZO.

    ResponderEliminar
  8. ¡Me gusta mucho como escribís!

    ResponderEliminar