Es tarde, a veces ocurre, la noche nos gana la partida; y sin embargo abnegados, perdedores por instinto, derrotados como sino, seguimos a lomos de su ceguera, escribiendo, escribiendo, escribiendo, lo poco que nos queda o que sabemos.
Todo lo demás es una sencilla metáfora de este momento repetido, y la muerte, allá al final, la irrepetible.
A veces la noche es muy dura, si.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Aun te queda alguna poesía para vender?
ResponderEliminarMe quedo con este pensamiento.
La noche nos gana siempre la partida, en cambio cuando jugamos contra el día, el se deja ganar. Pero ¿por qué será que sigo prefiriendo la noche?.
ResponderEliminarUn abrazo
A mi la noche me ganaba cuando nos ganaba. Hoy la posibilidad no existe.
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