sábado, 15 de agosto de 2009

De vuelta

  De vuelta, porque casi todo vuelve, si vivo, antes o después, a modo de latido o de recuerdo. 
  De vuelta temprana, conduciendo en el amanecer, fugaz en un paisaje que se incendia, con molinos de viento en un siglo llamado veintiuno.
  De nuevo el mundo, otro mundo, conocido e indescifrable mundo siempre en vilo; regreso a un piso en la penumbra, a un aire enrarecido, a un olvido que caduca con un subir de persianas y ventanas que se abren, y más allá macetas que sobreviven, aunque algunas han caído en las trincheras de un sol que ciega y deslumbra algo más allá de las pupilas.
  De nuevo un poco de vuelta de uno mismo. Tras la nueva presencia, tras la puerta abierta de unas pocas horas, el trabajo permanece, por suerte al fin y al cabo, a la espera de tu existencia renovada, ahora sí de nuevo, con carné de identidad, con nombre y apellidos, esos de los que a veces dudados, los mismos que a menudo nos sorprenden, porque no sabemos de quién hablan, a quién nombran, de quién son dueños en esta función, a veces tan extraña.
  Ahora una ducha, el café, el golpe de la puerta, el viaje y el corazón -silenciosamente alucinado- de nuevo en marcha.

3 comentarios:

  1. Si todo vuelve, todo regresa, incluso el corazón escapado y el alma ausente, todo.

    Saludos

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  2. que tengas buena vuelta, bienvenido de nuevo, un abrazo.

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  3. Me gusta lo de "silenciosamente alucinado"... Aunque no creo en el círculo sino en la espiral...

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