miércoles, 27 de mayo de 2009

Skye Island (De vuelta a casa)

  Atardece lánguidamente y en silencio, ese sol frío y casi blanco, desaparece en su preñada plenitud de montañas y lagos. Estamos muy lejos del Sur, muy al norte, este paisaje lunático se llama Skye Island.
  Regresamos con el alma arrasada de silencio y eternidad. Hacemos una última parada frente al puente que nos llevará de vuelta a casa, al otro lado del mundo. Nos quedan casi quinientos kilómetros para llegar de nuevo al punto de partida; casi cinco horas atravesando bosques, conduciendo por la izquierda, por carreteras de un solo carril en cada sentido.
  La noche se abate sobre nosotros, sobre nuestro coche alquilado, sobre las decenas de instantáneas que se acumulan en nuestras retinas quemadas de tanta belleza. La noche es tan cerrada, tan ancestral y primitiva, que los faros apenas desgarran la oscuridad de su abismo.
  Conduzco a ciegas, casi, con el instinto. Atrás ya duermen, apoyados los unos sobre los otros. Mi acompañante comparte conmigo el alucinado silencio. En las curvas algún pensamiento queda atrapado en el tapiz de ramas, emociones aún recién nacidas, que quedan en el camino para morir.
  Sólo nosotros cruzando la noche, corazones latiendo entre la vigilia y el sueño, a ochenta millas por hora, sumidos en el trance atemporal de la noche primigenia. Hacia un lugar que suponemos sigue estando allí.

(...El ciervo se atravesó como un fantasma vivo, 
tan vivo como nosotros...) 

5 comentarios:

  1. Nada puede ser al vez tan relajante o aterrante como conducir por la noche y en carreteras desconocidas, real y figuradamente.

    Saludos, estupendo texto

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  2. Bueno. Muy bueno.
    Has captado perfectamente la esencia de un prolongado instante.

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  3. La ruta, la noche, los faros, las estrellas. Estar alli. Estar vivo.

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  4. La noche y el camino, conceptos a veces aterradores, pero otras veces seductores...y es que la noche en si ya es toda una señora de la seduccion, ¿a que camino iremos esta vez?, muy bello, mi buen vendedor.

    Un saludo :)

    -L.

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  5. Me imagino en la noche sin rumbo fijo, con el unico ruido del silencio, mi corazon late a mil por hora, disfruto la soledad de navegar y experimentar la libertad de la carretera


    Besos


    Luna Azul

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