domingo, 21 de marzo de 2010

Camino

Hoy vuelvo a mirarme en el espejo de mis zapatos sucios, me muerdo los dedos otra vez, repaso el desgarrado fondo de mis bolsillos, paso revista a mis miserias, y me beso con amor la herida. No recuerdo exactamente qué quedó a un lado del camino. Me late el corazón. Levanto la mirada, escudriño el horizonte, y sigo.

6 comentarios:

  1. poeta! so-poeta!

    como te atreves herirnos de tal manera en esta noche solitaria.

    :-(

    que te duela, que te duela, que te duela!

    ;-)

    gracias.

    ..
    .ero

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  2. Ahí me dueles.
    Como en uno de esos planos de western.
    El apego al dolor como mecanismo de sentirse vivo es tan inherente como el polvo del camino, como los ojos que entrecerrados miran hacia adelante aún con la sal de la herida arrugando los labios.

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  3. Esa imagen literaria que has creado en la priemra frase de tu entrada, "el espejo de sus zapatos sucios" resume toda un vida nómada. Excelente.

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  4. Raúl me ha pisado el comentario. Me quedo con la imagen del espejo en los zapatos sucios. Todo un hallazgo.

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  5. Quizás no se ha dejado nada en el camino y esa es la herida más profunda.

    Un abrazo

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  6. Quizás se ha dejado todo en medio del camino y esa herida sea la que jamás cicatriza... yo, en todas las poesias percibo una herida abierta..un algo que duele y que traspasa de poesía en poesía. De todas formas y maneras me sigues gustando como siempre!! Un abrazo.

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