La luna nueva era la ausencia de otra luna más lejana, olvidada en algún rincón de la memoria o el cuerpo alucinado. Eras tú o no eras tú, en un paisaje extrañamente conocido.
Qué hubo de quedar en el lecho más profundo de la noche, crisálida muerta una vez rota tu membrana.
A base de espasmos y gemidos, por primera vez saliste a la luz de la noche oscura, y echaste a volar, y con tu luz fuiste incendiando el mundo.
Me gusta lo de incendiando el mundo...
ResponderEliminarHay personas, lo afirmo, que tienen el poder de iluminar la oscuridad, quizás solo por un instante, pero pueden.
ResponderEliminarUn abrazo
El juego entre luz y oscuridad, las contradicciones que no son, las curvas y los rastros, muy buenas imágenes. Me gustó mucho, "cotidianidades" también... Sigo leyéndote.Saludos!
ResponderEliminarHermoso y poético texto.
ResponderEliminar¡Qué fulgor!
ResponderEliminarGracias por tu calidez y por tu compañía. La noche oscura es un lugar que acoge y abriga, pero es verdad que a menudo necesitamos salir hacia la luz, incendiar nuestras propias huellas y tomar nuevo aire.
ResponderEliminarAbrazos
Ninguna de mis entradas es ficcion... Son todas subjetivas, pero no ficcion. :-)
ResponderEliminarMe entusiasmo la portada de tu blog
ResponderEliminary tus textos.
buen texto.
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ResponderEliminarExcelente tu vuelo.
ResponderEliminarBesos felices de haberte visitado.
musa rella
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ResponderEliminarQuien pudiese volar y asi alcanzar la libertad absoluta....quien?
ResponderEliminarMe gusta todo lo que escrives, dejo mis ojos perderse cada dia en los renglones buscados con avidez, los encuentro y los disfruto. Gracias.