No puedo negártelo, nunca te lo confesaré, aunque por momentos siempre te comería los labios, cuando me cruzo nos cruzamos, y las sonrisas se enardecen, más la mía que la tuya, seguro, y son tus palabras ráfagas de viento y aromas que ya sé, y no importan tus palabras importan tus ojos, tus dientes tu presencia, no te entiendo porque siempre en el abismo de besarte, en el filo del sueño insomne, y quién sabe, quizás te pase a ti lo mismo, y seamos cada noche amantes sin saberlo, sin tener recuerdo de lo que nunca pasa, sin saber a qué sabe esta y esa carne, trémulas y revueltas de tanta ansia.
Hay deseos que cuando no se cumplen se transforman en obsesiones...otras veces una inspiración.
ResponderEliminarSaludos descafeinados,
Que romantico, esa mujer deberia traspasar su mirada hacia tu alma y se daria cuenta que anda perdiendo el tiempo del otro lado.
ResponderEliminarBesos
Luna azul