-Apuesto una de mis siete vidas a que esta partida te la gano.
El tiempo parecía pasar con una indolencia de limbo vacío.
Se escuchó un estruendo seco y repentino y el sordo golpe como de algo cuando se quiebra.
Así fueron cayendo todos los rehenes.
No eran gatos sino hombres. No era un cuento sino guerra.
impactante mini.
ResponderEliminarun saludo
No existen siete vidas que resistan a una guerra.
ResponderEliminarSaludos
No es muy noble, eso de apostarte lo que no es tuyo.
ResponderEliminarLa crueldad de la guerra no es solamente el dolor que causa, sino el que erradica, el que anestesia...el que nos hace insensibles a los otros dolores.
ResponderEliminarMuy sugerente.
Saludos
El grito del silencio recordándonos
ResponderEliminarque seguimos siendo animales.
BB
espero no pagar esta visita como pagan estos rehenes una guerra que tal vez ni siquiera les pertenece.
ResponderEliminarun saludo
Magnifico y real.
ResponderEliminarSaludos. Nos leemos
!uy! Moreiras, muy impactante.
ResponderEliminarteneis una rica imaginacion. siempre es un placer pasear por aqui y ver que se cuenta.
gracias,
..
.ero
el siete te marca
ResponderEliminaracabo de leerte como "seven de poesía".
Contundente. De lejos me recuerda a aquellos jugadores de ajedrez en su "grave rincón", del enorme Borges.
ResponderEliminarUn gusto descubrir tu espacio.
Saludos...
Marionetas que tiran a matar sin sentido, muertes injustas e inocentes, es tiempo de cambiar el odio por amor.
ResponderEliminarLa guerra debe de estar dentro de nosotros mismos luchando siempre por amor.
Besos
Luna Azul